El Padre Oñate

El reverendo padre Luis Carlos Oñate P. un sacerdote ejemplar con un buen humor a toda prueba.

El mismo contaba que en cada pueblo donde llegaba y se radicaba le arrecostaban un remoquete. Decia: En Becerril me pusieron “Cosita linda”, en Fonseca me decian “El divino rostro” y ahora en Urumita me dicen es “La totuga Ninja”. Alvaro Becerra Murgas

Reverendo Luis Carlos Oñate P. «El Pdre Oñate».

Por: E. McCausland

En La Guajira quedaron sus historias como si fuera un reguero de milagros. No hay entre ellas difuntos que se levantaron de sus sepulcros, ni enfermos que arrojaron de súbito sus muletas: si el padre Oñate sanó con algo, ese algo fue su humor, no solo su propiedad para hacer que brotaran en torno a su santo nombre cuentos falsos y verdaderos, sino la de contar con una mente tan abierta que le permitía festejar cualquier infundio de pueblo guajiro.

En Riohacha cuentan que un joven de San Jacinto se embarcó en un bus interdepartamental y se dirigió a un hombre que iba en una de las bancas:

—Mi papá, que conoce estas tierras, me dijo una vez: “el día menos pensado, te vas a encontrar en esa región con el hombre más feo del mundo, el padre Oñate”. Pero mi papá estaba equivocado: ¡el hombre más feo del mundo es usted!

Dizque el hombre le respondió:
—No joven, su padre estaba en lo correcto: ¡yo soy el padre Oñate!
Tuve la suerte se conocerlo, en 1992. Tanto había escuchado de su fealdad que no me pareció tan feo, un mulato corpulento y de ojos protuberantes que con su eterna sonrisa de picardía quizá ayudaba a conjurar su fama de espanto viviente.

En esa ocasión estaba yo realizando un documental sobre Nieves Brochero, un hombre de Urumita que de una manera meticulosa había planeado su funeral: comprado ataúd, ensayado la música y hasta adquirido el café para los tintos.

El padre Oñate había sido consultor de Nieves en aquel loco propósito y hasta había recibido una advertencia categórica por parte del precavido feligrés:

—Si no me dice bien la misa’e muerto le salgo de noche y le jalo la pata.
El padre remató el encuentro esa vez ante cámaras con uno de sus apuntes, mientras abrazaba tiernamente al viejo:

—¡Esos que compran el ataúd no se mueren nunca!
Pero donde está de verdad la gran colección de sus historias es en Fonseca. Fue allá, en la tierra de inolvidables amigos como Orlando Noches, Efraín Barliza y Chago Pérez, que su leyenda se robusteció.

Fue en la tierra de cantores donde le impusieron —en un contrabautizo de rigor ungido con lengua fonsequera— el sobrenombre que portaría de por vida y el cual jamás objetó: ‘Cosita linda’, inspirado en una línea de buses intermunicipales.

Allá cuentan que una vez el padre rifó un campero Suzuki para financiar obras en la iglesia. El premio quedó en caja y el padre Oñate, antes que repetir el sorteo, se quedó con el vehículo. “Logramos meter un ‘Cosita linda’ en un Suzuki”, fue la hilarante conclusión de las lenguas del pueblo.

Cuentan también en Fonseca que el padre, sin duda una mente avanzada para su tiempo, no tenía problemas en casar a jóvenes parejas que encontraban oposición paterna. Una vez oficiaba su ceremonia a escondidas, y tras darle a la pareja tiempo para avanzar en la carretera, hacía tañer las campanas y a través de un estridente altoparlante que tenía instalado en la torre de la iglesia de San Agustín, anunciaba:

—Pueblo de Fonseca, acabo de casar a fulana y a perencejo. ¡A esta hora deben estar llegando a Cartagena para su luna se miel!
Oñate se fue de este mundo, al que divirtió con sus historias e impregnó con su fe, en enero de 2008. Lo hizo de una manera particular, como fue su vida: tras un cáncer de mama, enfermedad que solo le da a un hombre entre cien pacientes. Quedó su recuerdo, esas historias que no cesan de contarse, la cascada infinita de su tolerancia, ese don caribe para saber reírse de lo que otros se toman tan en serio.

5 comentarios en “El Padre Oñate

  1. No sabía que el Padre Oñate había muerto,recuerdo una de tantas historias que le escuchaba cuando iba a la Santa Misa en la iglesia de Becerril mi pueblo querido. «Seguro que fulano,mengano o zutano no vinieron a misa porque amanecieron en los Gatos (Zona de tolerancia)hoy y mañana tienen la cara de vení a pedí pa´que llueva ombe se les va a seca el algodón»,como olvidar.

  2. EL PADRE OÑATE, TENIA UN GRAN SENTIDO DEL HUMOR Y EL MISMO INVENTABA MUCHOS DE LOS CUENTOS QUE LA GENTE COMENTA . EL DIA DE SU MUERTE SE TRANSFIGURÒ Y SE PUSO SIMPÀTICO Y COMENTANDO LO SUCEDIDO ME DIJERON QUE A SAN ANTONIO LE HABIA ACONTECIDO ALGO SIMILAR, COSAS DE LA NATURALEZA QUE ES SABIA Y GRANDIOSA.

  3. Muy interesante este articulo Alvaro. Hay que recuperar estas memorias para que no queden en el olvido y sirvan a las nuevas generaciones para imitar.

  4. Alvaro en realidad es importante recordar las memorias de estos personajes para recrearlas y retomar los valores por parte de jóvenes y niños. Mas áun si fu escrita por un cronista de la calidad de Ernesto

  5. Jajajajaja si el padre Oñate, un sacerdote de mucho carisma, por su gran sentido del humor. En Fonseca lo quisimos mucho. Descanse en paz y brille para su alma la eterna luz. El visitaba a una señora turca que vivía en el marco de la plaza, Doña Faride de Abuchaibe, la señora le alquilo unas piezas que tenía en arriendo a una pareja. La señor Faride, le comento al reverendo que la señora le pegaba a su y lo obligaba a hacer los oficios de la casa a su esposo. La pareja iban todos los domingo a misa y a él le tocaba cargar a los dos hijos. Cuándo entraban estaba el padre en sermón y cambió enseguida la palabra y dijo con voz fuerte. » ahora los pájaros le tiran a las escopetAs» jajajajaja jajajajaja y con las misma la mujer salió de la Iglesia. El no se quedaba con nada todo lo hablaba jajajajaja

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